Me seducen las mentes, me seduce la inteligencia, me seduce una cara y un cuerpo cuando veo a una mente que los mueve, que violento y encantador cruzarse con personas así.
Amo lo imposible y las personas que lo aman también ya que siempre hay un motivo que te permite soñar y al final lo que te consuela es el placer más no el arrepentimiento.
Me fascinan las conversaciones largas y nocturnas, cuando el descanso no es primordial ni un factor relevante, ya que si una persona puede hablar con otra por horas sin sentir tedio nos revela la más sincera y sublime satisfacción amical.
Me encanta jugar con fuego porque cada vez se desarrolla más mi intuición; la mezcla de turbación y el riesgo me libera.